28.11.07

El Plan Integral de Gestión Ambiental del humedal del Río




El Plan Integral de Gestión Ambiental del humedal del Río Cruces avanza con el apoyo de Conaf, la Universidad de Chile y Arauco.




La memoria tiene fama de frágil. Más aún cuando el paso de los años interpone una distancia no menor entre un determinado acontecimiento y el presente. Pero si lo ocurrido tuvo connotación pública y amplias repercusiones, lo más probable es que no se olvide así como así. Los hechos se fijan con determinación en el rincón de los recuerdos.

Y desde allí afloran y permanecen.Es lo que ha sucedido con el hecho acontecido en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, emplazado en el río Cruces de Valdivia, que pese a su ocurrencia de hace casi tres años, sigue muy presente entre los muchos habitantes de esa ciudad y de Chile, aunque por estos días los valdivianos andan bastante más preocupados de ponerse al día respecto a lo que significa su debut como nueva región. Si usted es de esas personas que le cuesta retener eventos pasados, le recordamos que a partir de 2004 se produjo una variación significativa al interior del humedal, lo que afectó los distintos procesos fisicoquímicos que se desarrollan en su ambiente.

Ello desencadenó una serie de alteraciones ecológicas que tuvo su expresión más conocida en la desaparición de la cobertura vegetal (luchecillo).Esta situación tuvo consecuencias sobre las especies que habitaban en el humedal, siendo la más conocida la migración y mortalidad de los cisnes de cuello negro y el cambio de hábitat de las poblaciones de las tres especies de tagua que allí residían.De acuerdo al “Plan Integral de Gestión Ambiental para el Humedal del Río Cruces”, elaborado en 2006 por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) a petición del Gobierno Regional de Los Lagos, existen varias hipótesis y supuestos sobre lo ocurrido en el ecosistema: algunas propuestas desde ámbitos del conocimiento como la hidrodinámica del sistema, hasta la radiación electromagnética sobre el mismo. Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad Austral de Chile, a petición de Conama, para determinar el origen de los cambios producidos en el ambiente, señala que existiría una relación de causalidad con el inicio de la actividad industrial de la planta ubicada en San José de la Mariquina de la empresa Celulosa Arauco y Constitución.

Plan en Marcha
Más allá de los orígenes del problema, lo cierto es que luego de casi tres años de verificado el hecho, todos quienes han seguido de cerca el caso abogan porque el humedal del río Cruces vuelva a contar con aguas de características similares a las que tenía antes de 2004 y, por ende, con abundante diversidad biológica.En busca de ese objetivo, la Conaf formuló el ya citado Plan de Gestión, que, como indica José Luis Galaz, Jefe del Departamento de Diversidad Biológica de la Gerencia de Areas Protegidas y Medio Ambiente del organismo, “contempla la realización de las actividades necesarias para rehabilitar las funciones ecológicas del humedal, entregando las directrices necesarias para que exista una adecuada gestión ambiental de la cuenca y de sus actividades productivas actuales y futuras.

La construcción, formulación y ejecución del plan considera una amplia participación ciudadana, recabándose las demandas sociales para vincularlas, de manera articulada, a las posibles soluciones existentes”.Añade que a través del Plan y sus diferentes etapas “le proponemos a la ciudadanía de Valdivia y a todos quienes están involucrados con el Santuario, una forma integral de abordar este ecosistema, de manera que no se relacione con la población sólo a través de uno de sus componentes, como es el cisne de cuello negro, sino que a partir de todos los servicios ambientales que aporta a la ciudad”.
La denominada Fase 1 de este Plan corresponde al proceso de creación del modelo conceptual del humedal, el cual “busca integrar el conocimiento de la ciencia con el conocimiento social del sistema, incorporando todos los antecedentes en un modelo relativamente armónico, de manera que se pueda usar como una especie de hoja de ruta para el resto del proceso”, comenta Víctor Marín, Profesor Titular de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile e Investigador Responsable del estudio, toda vez que este plantel académico se adjudicó la licitación realizada por el Gobierno, a través de ChileCompra, para la elaboración del modelo.Galaz, por su parte, apunta que “el objetivo que se persigue es tener un estudio que nos permita tomar decisiones sobre el futuro del humedal para administrarlo de mejor forma, previendo los conflictos que allí se puedan generar”.

El especialista de Conaf agrega que su institución coopera con el Comité de Fiscalización que constituyó la Conama en Valdivia, aportando información periódica sobre la situación de la fauna en el humedal y de los cambios que allí se observan desde el punto de vista biológico. “A la fecha, efectivamente, todas las especies se mantienen en un nivel muy bajo en comparación al periodo previo al desastre ambiental, sin embargo desde hace un año la población se ha mantenido estable al cesar la mortalidad”, especifica Galaz.

Modelación Participativa

Sobre la metodología empleada para recabar la opinión de todos los actores vinculados con el ecosistema, Víctor Marín señala: “Elaboramos una estrategia que denominamos modelación participativa, que consiste en sesiones de trabajo con los grupos de la ciudadanía que se relacionan con el humedal. Estos encuentros, en los que escuchamos a las personas durante 2 ó 3 horas, son muy novedosos respecto a lo hecho en el pasado. Es que anteriormente se las ha consultado, pero en aspectos muy puntuales y sin considerar las opiniones con tanto énfasis como nosotros lo estamos haciendo”.Marín y su equipo interdisciplinario de trabajo confían en que en este proceso participen la academia, el gobierno, las empresas, los actores sociales, las ONGs y todos quienes tengan algo que aportar, de modo de generar un modelo lo más integrador posible.El académico espera que a fines de marzo de 2008 puedan terminar su labor y entregar el modelo conceptual a CONAF.
Hoy en día, en tanto, realizan dos actividades paralelas: “Estamos caracterizando detalladamente los actores sociales del humedal, y recogiendo la mayor cantidad de información disponible. La idea es contar lo antes posible con esos antecedentes para formular las diferentes hipótesis sobre lo que sucedió en el humedal, un requisito fundamental para la construcción del modelo conceptual”, subraya.Añade que, de acuerdo a los avances que registra hasta ahora el estudio, tanto él como sus colaboradores se han sorprendido con la alta heterogeneidad de formas en que los actores sociales se relacionan con el humedal.¿Se podrá recuperar el Santuario? Ante esa pregunta, Marín se manifiesta cauteloso: “Este es uno de los puntos en que la ciencia a nivel mundial ha tenido experiencias mezcladas.

Es que los sistemas ecológicos pueden ser analizados considerando los tipos y cantidades de seres vivos con que cuentan, o desde el punto de vista de sus procesos, como la fotosíntesis. Y en el caso del humedal del río Cruces, ésta puede ocurrir con luchecillo u otra planta. Por eso es que la restauración de un proceso, como sería tener un buen nivel de oxigenación, no necesariamente debe hacerse con el mismo componente que había antes. Entonces, es muy difícil lograr que este ecosistema vuelva a ser el mismo de hace 3 años atrás”.Añade que su grupo de trabajo quedaría satisfecho con lo realizado si el modelo logra incorporar gran parte del conocimiento que hoy existe sobre el humedal, tanto científico como ciudadano, y si sirve para realizar algunos ensayos o experimentos. “En definitiva, el objetivo es contar con una herramienta armónica que ayude a mirar el humedal en su conjunto”, plantea.
De manera complementaria, asegura que el modelo será exitoso si efectivamente se puede usar como uno de los pilares centrales para el desarrollo posterior del Plan de Gestión. “Para eso, debe ser simple, flexible y perfectible”, concluye.

El Aporte de Arauco

Los 160 millones de pesos que demandará el estudio fueron aportados por Arauco a través de la Convención Ramsar, a la que pertenece el humedal del Río Cruces, luego que este ecosistema se incorporará al registro de Montreaux o de humedales amenazados. La entrega de los recursos para la Fase 1 del Plan se selló a través de la firma de un acuerdo realizada el 5 de junio pasado.Andrés Camaño, Gerente de Medio Ambiente de la compañía, explica las razones que tuvo la forestal para financiar la construcción del modelo conceptual: “Fue en respuesta a un compromiso público de la empresa de colaborar con el Plan Integral de Gestión Ambiental del Humedal del Río Cruces.

Y dependiendo de los resultados y de las medidas propuestas en los estudios realizados, su intención es seguir colaborando, toda vez que tiene un fuerte compromiso con esa zona donde está establecida desde hace más de 20 años, primero con el desarrollo de sus plantaciones forestales y luego con la construcción y operación de su planta de celulosa”.Añade que Arauco comparte con Conaf la opinión de que es necesario contar con un modelo ecosistémico que sirva de elemento basal para las decisiones que se adopten en el futuro respecto del Santuario.

Asimismo, está de acuerdo con que este modelo permitirá contar con una herramienta eficaz para clarificar las causas del cambio ambiental que afectó al humedal, principalmente durante el año 2004. En ese sentido, habrá que esperar los resultados de la Fase 1 para decidir los pasos siguientes”, acota.

Fuente: Revista Induambiente

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