Cada vez son más las agroindustrias que aprovechan sus riles tratados para regar frutales, praderas y otros suelos productivos.
Para relajarse hay muchas recetas valen. Algunas personas lo logran, por ejemplo, escuchando música o pintando, pero también hay otras que consiguen calmar los nervios regando el jardín de su casa, una actividad necesaria especialmente en la época de primavera y verano.
A propósito de ese último “pasatiempo”, según datos de la Dirección General de Aguas, el 84,6% del agua en Chile se usa en riego, de manera fundamental en cultivos agrícolas. Y como estamos frente a un recurso más escaso que abundante, el empleo de aguas de baja calidad en esa labor es cada vez más frecuente en el mundo.
Como se indica en el informe “Criterios de Calidad de Aguas o Efluentes Tratados para Uso en Riego”, desarrollado por la División de Recursos Hídricos y Medio Ambiente del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, a menudo esta agua es la única disponible, por lo que constituye un valioso insumo para quienes la utilizan, aunque finalmente la eficiencia de la cosecha no sea la más óptima.
En ese contexto, los residuos líquidos industriales que han sorteado un proceso de tratamiento constituyen una solución cada vez más aplicada para regar suelos de uso productivo. De esa manera, las fuentes generadores de efluentes quedan exentas de cumplir regulaciones como los Decretos Supremos 46 y 90, aunque sí deben atenerse a normas como la NCh 1333, que establece “Requisitos de Calidad del Agua para diferentes usos. Requisitos de Agua para Riego”.
Efluentes Más Usados
Dentro de los riles depurados de mayor uso en riego figuran los que provienen de actividades agroindustriales. A continuación se detallan, de acuerdo al trabajo antes mencionado, los más característicos dentro de ese rubro:
• De la Producción Pecuaria (Purines)
Los purines de cerdo corresponden a los desechos líquidos que fluyen de los pabellones de crianza y que están constituidos por una mezcla de deyecciones sólidas y líquidas, remanentes de alimentos, aguas de lavado y, en algunos casos, de escorrentía superficial. Estos residuos tienen una composición y concentración muy variable dependiendo de factores como la raza, el estado fisiológico y el tamaño de los animales; la dieta a la que son sometidos; el tiempo y tipo de almacenamiento; la cantidad de agua utilizada en la limpieza y la época del año.
Estos purines representan generalmente un material básico y bastante salino, con un alto contenido de microorganismos de diversas características. Además, contienen volúmenes importantes de hidratos de carbono, lípidos, aminoácidos, proteínas, urea y compuestos azufrados, así como cantidades elevadas de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y sodio. Y también son portadores de micronutrientes como fierro, zinc, cobre y manganeso, junto con trazas de elementos tóxicos como cadmio, plomo, arsénico y mercurio.
Entre los impactos que puede generar el uso de los purines en el riego agrícola destacan:
La mineralización del nitrógeno del purín origina elevadas concentraciones de nitratos (NO3), compuesto de alta toxicidad que puede moverse fácilmente tanto por escorrentía superficial como por infiltración. De esa forma se contaminan aguas superficiales y subterráneas.
Desequilibrios nutricionales en las plantas, principalmente debido a excesos de nitrógeno, fósforo o potasio.
Acumulación de metales pesados como cobre y zinc.
Incremento del contenido de sales solubles.
Presencia de antibióticos de efectos desconocidos.
Es probable que esos impactos se estén produciendo aún en algunas especies donde los purines se emplean para regar. De acuerdo a los antecedentes, las tasas de aplicación de nitrógeno podrían ser tan altas como 4 Ton N/ha por temporada, de las cuales un alto porcentaje estaría lixiviando a las napas.
En definitiva, si bien se reconoce el alto aporte en nutrientes de los purines, se necesita considerar los requerimientos específicos de nitrógeno de los cultivos regados para asegurar el manejo sustentable de los mismos.
• De las Industrias Vitivinícola y Pisquera
Estas se dividen en tres frentes de trabajo: agrícola, enología y embotellado. La primera se desarrolla en los campos de cultivo, en tanto que las dos últimas se concentran en las bodegas de vinificación. Dentro de las actividades realizadas en estas últimas instalaciones, las tres fuentes de residuos líquidos corresponden a:
Aguas utilizadas en procesos de transferencia de calor
Operaciones de limpieza, derrames y reacciones en medio acuoso
Residuos provenientes de baños y casinos
En general, las operaciones de limpieza e higienización de los equipos y materiales utilizados en la producción del vino son las que aportan los mayores volúmenes de aguas residuales, los cuales se producen, mayoritariamente, durante la época de vendimia y fermentación.
La cantidad de riles generados varía ampliamente entre un viña y otra. Datos internacionales indican valores entre 0,6 y 1,1 litros de agua residual por litro de vino producido, sin embargo en Chile esta relación superaría los 2 litros. Los efluentes vitivinícolas se caracterizan por tener un pH ligeramente ácido y poseer alta concentración de materia orgánica (5.000 a 10.000mg/l de DBO), pero tienen una ausencia marcada de nitrógeno y fósforo, con relaciones DBO/N/P del orden de 100/1/0,3.
• De la Industria de Alimentos y Similares
Entre las aguas residuales industriales, las provenientes de la industria de alimentos son las con mayor potencial de uso en riego por su alto contenido orgánico.
Principales Métodos
La calidad del efluente tiene efectos en el método de riego más adecuado a utilizar. Así, las técnicas de riego superficial se pueden emplear con aguas de baja calidad, mientras que el riego tecnificado por aspersión o goteo requiere efluentes de alta calidad debido al riesgo de taponamiento por sólidos suspendidos en el agua.
La conveniencia de ocupar uno u otro sistema está dada por factores físicos, tales como cultivos, suelos y características del agua, y por variables económicas.
Los métodos de riego superficial, cuando son diseñados y operados de manera apropiada, deberían ser capaces de manejar aguas salinas con un riesgo mínimo.
A su vez, un sistema de aspersión adecuado permite aplicar el agua en forma uniforme y a tasas lo suficientemente bajas para prevenir pérdidas por escorrentía. En general, produce un excelente riego y lixiviado de las sales. Sin embargo, en el caso del riego de cultivos sensibles, puede generar problemas de toxicidad que no ocurrirían si se emplea la técnica de riego superficial. Este impacto se debe a que, a través de las hojas, la planta puede absorber cantidades excesivas de sodio y cloruro presentes en el agua de riego.
Alternativa en Boga
Pese a esa última desventaja, sólo este año cerca de una decena de agroindustrias ha presentado ante el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental proyectos para construir plantas de tratamiento de riles que incorporan el uso de estos residuos en riego mediante sistemas por aspersión. He aquí tres ejemplos:
Caso 1:
Corresponde a la instalación y operación de un sistema para depurar los riles generados en una planta procesadora de frutas en la comuna de Romeral, en la VI Región. Estos residuos líquidos, una vez tratados, serán dispuestos e incorporados como materia orgánica a través de un sistema de riego por aspersión en empastadas en un predio aledaño a la planta procesadora. El proyecto implica la construcción e instalación de:
Sistema general de recolección de riles producidos en la planta.
Pozo receptor de riles, filtro rotatorio de malla (separación de sólidos) y bomba impulsora de riles hasta el embalse acumulador.
Embalse acumulador y aireación de 600 m3.
Caseta de bombeo que impulsará el ril desde el embalse hacia el lugar de disposición. Esta caseta contará, además, con un equipo automático de control y ajuste de pH.
Sistema de riego presurizado (aspersión) a través del cual se dispondrá la materia orgánica en una empastada (máximo 112 Kg./há/día) que tiene una superficie disponible de 1,0 Hás.
Caso 2:
Implica la instalación y operación de un sistema de tratamiento de riles generados por una planta de fabricación de vinos. El caudal resultante será dispuesto al suelo mediante un sistema de aspersión en 0.8 hectáreas de praderas naturales que se encuentran en el mismo predio donde se ubica la bodega de vinos.
Caso 3:
Una importante agroindustria de la VII Región dispondrá sus riles en 5,5 hectáreas de cerezos, no sobrepasando los 600 kg. DBO5 x día, mediante micro aspersores según características agrológicas e hidrológicas del terreno. Con eso se busca no generar cambios fuera del área de aplicación del recurso hídrico, ya sea por erosión, escurrimiento superficial o percolación profunda, situaciones que pueden afectar napas o cursos de agua superficiales. Previamente a la disposición del efluente se realizará un pretratamiento de éste para ajustarlo a las condiciones aptas que se requieren para cumplir esa labor.
FUENTE : Revista InduAmbiente , Edición N° 87 - Julio - Agosto 2007
Para relajarse hay muchas recetas valen. Algunas personas lo logran, por ejemplo, escuchando música o pintando, pero también hay otras que consiguen calmar los nervios regando el jardín de su casa, una actividad necesaria especialmente en la época de primavera y verano.
A propósito de ese último “pasatiempo”, según datos de la Dirección General de Aguas, el 84,6% del agua en Chile se usa en riego, de manera fundamental en cultivos agrícolas. Y como estamos frente a un recurso más escaso que abundante, el empleo de aguas de baja calidad en esa labor es cada vez más frecuente en el mundo.
Como se indica en el informe “Criterios de Calidad de Aguas o Efluentes Tratados para Uso en Riego”, desarrollado por la División de Recursos Hídricos y Medio Ambiente del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, a menudo esta agua es la única disponible, por lo que constituye un valioso insumo para quienes la utilizan, aunque finalmente la eficiencia de la cosecha no sea la más óptima.
En ese contexto, los residuos líquidos industriales que han sorteado un proceso de tratamiento constituyen una solución cada vez más aplicada para regar suelos de uso productivo. De esa manera, las fuentes generadores de efluentes quedan exentas de cumplir regulaciones como los Decretos Supremos 46 y 90, aunque sí deben atenerse a normas como la NCh 1333, que establece “Requisitos de Calidad del Agua para diferentes usos. Requisitos de Agua para Riego”.
Efluentes Más Usados
Dentro de los riles depurados de mayor uso en riego figuran los que provienen de actividades agroindustriales. A continuación se detallan, de acuerdo al trabajo antes mencionado, los más característicos dentro de ese rubro:
• De la Producción Pecuaria (Purines)
Los purines de cerdo corresponden a los desechos líquidos que fluyen de los pabellones de crianza y que están constituidos por una mezcla de deyecciones sólidas y líquidas, remanentes de alimentos, aguas de lavado y, en algunos casos, de escorrentía superficial. Estos residuos tienen una composición y concentración muy variable dependiendo de factores como la raza, el estado fisiológico y el tamaño de los animales; la dieta a la que son sometidos; el tiempo y tipo de almacenamiento; la cantidad de agua utilizada en la limpieza y la época del año.
Estos purines representan generalmente un material básico y bastante salino, con un alto contenido de microorganismos de diversas características. Además, contienen volúmenes importantes de hidratos de carbono, lípidos, aminoácidos, proteínas, urea y compuestos azufrados, así como cantidades elevadas de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y sodio. Y también son portadores de micronutrientes como fierro, zinc, cobre y manganeso, junto con trazas de elementos tóxicos como cadmio, plomo, arsénico y mercurio.
Entre los impactos que puede generar el uso de los purines en el riego agrícola destacan:
La mineralización del nitrógeno del purín origina elevadas concentraciones de nitratos (NO3), compuesto de alta toxicidad que puede moverse fácilmente tanto por escorrentía superficial como por infiltración. De esa forma se contaminan aguas superficiales y subterráneas.
Desequilibrios nutricionales en las plantas, principalmente debido a excesos de nitrógeno, fósforo o potasio.
Acumulación de metales pesados como cobre y zinc.
Incremento del contenido de sales solubles.
Presencia de antibióticos de efectos desconocidos.
Es probable que esos impactos se estén produciendo aún en algunas especies donde los purines se emplean para regar. De acuerdo a los antecedentes, las tasas de aplicación de nitrógeno podrían ser tan altas como 4 Ton N/ha por temporada, de las cuales un alto porcentaje estaría lixiviando a las napas.
En definitiva, si bien se reconoce el alto aporte en nutrientes de los purines, se necesita considerar los requerimientos específicos de nitrógeno de los cultivos regados para asegurar el manejo sustentable de los mismos.
• De las Industrias Vitivinícola y Pisquera
Estas se dividen en tres frentes de trabajo: agrícola, enología y embotellado. La primera se desarrolla en los campos de cultivo, en tanto que las dos últimas se concentran en las bodegas de vinificación. Dentro de las actividades realizadas en estas últimas instalaciones, las tres fuentes de residuos líquidos corresponden a:
Aguas utilizadas en procesos de transferencia de calor
Operaciones de limpieza, derrames y reacciones en medio acuoso
Residuos provenientes de baños y casinos
En general, las operaciones de limpieza e higienización de los equipos y materiales utilizados en la producción del vino son las que aportan los mayores volúmenes de aguas residuales, los cuales se producen, mayoritariamente, durante la época de vendimia y fermentación.
La cantidad de riles generados varía ampliamente entre un viña y otra. Datos internacionales indican valores entre 0,6 y 1,1 litros de agua residual por litro de vino producido, sin embargo en Chile esta relación superaría los 2 litros. Los efluentes vitivinícolas se caracterizan por tener un pH ligeramente ácido y poseer alta concentración de materia orgánica (5.000 a 10.000mg/l de DBO), pero tienen una ausencia marcada de nitrógeno y fósforo, con relaciones DBO/N/P del orden de 100/1/0,3.
• De la Industria de Alimentos y Similares
Entre las aguas residuales industriales, las provenientes de la industria de alimentos son las con mayor potencial de uso en riego por su alto contenido orgánico.
Principales Métodos
La calidad del efluente tiene efectos en el método de riego más adecuado a utilizar. Así, las técnicas de riego superficial se pueden emplear con aguas de baja calidad, mientras que el riego tecnificado por aspersión o goteo requiere efluentes de alta calidad debido al riesgo de taponamiento por sólidos suspendidos en el agua.
La conveniencia de ocupar uno u otro sistema está dada por factores físicos, tales como cultivos, suelos y características del agua, y por variables económicas.
Los métodos de riego superficial, cuando son diseñados y operados de manera apropiada, deberían ser capaces de manejar aguas salinas con un riesgo mínimo.
A su vez, un sistema de aspersión adecuado permite aplicar el agua en forma uniforme y a tasas lo suficientemente bajas para prevenir pérdidas por escorrentía. En general, produce un excelente riego y lixiviado de las sales. Sin embargo, en el caso del riego de cultivos sensibles, puede generar problemas de toxicidad que no ocurrirían si se emplea la técnica de riego superficial. Este impacto se debe a que, a través de las hojas, la planta puede absorber cantidades excesivas de sodio y cloruro presentes en el agua de riego.
Alternativa en Boga
Pese a esa última desventaja, sólo este año cerca de una decena de agroindustrias ha presentado ante el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental proyectos para construir plantas de tratamiento de riles que incorporan el uso de estos residuos en riego mediante sistemas por aspersión. He aquí tres ejemplos:
Caso 1:
Corresponde a la instalación y operación de un sistema para depurar los riles generados en una planta procesadora de frutas en la comuna de Romeral, en la VI Región. Estos residuos líquidos, una vez tratados, serán dispuestos e incorporados como materia orgánica a través de un sistema de riego por aspersión en empastadas en un predio aledaño a la planta procesadora. El proyecto implica la construcción e instalación de:
Sistema general de recolección de riles producidos en la planta.
Pozo receptor de riles, filtro rotatorio de malla (separación de sólidos) y bomba impulsora de riles hasta el embalse acumulador.
Embalse acumulador y aireación de 600 m3.
Caseta de bombeo que impulsará el ril desde el embalse hacia el lugar de disposición. Esta caseta contará, además, con un equipo automático de control y ajuste de pH.
Sistema de riego presurizado (aspersión) a través del cual se dispondrá la materia orgánica en una empastada (máximo 112 Kg./há/día) que tiene una superficie disponible de 1,0 Hás.
Caso 2:
Implica la instalación y operación de un sistema de tratamiento de riles generados por una planta de fabricación de vinos. El caudal resultante será dispuesto al suelo mediante un sistema de aspersión en 0.8 hectáreas de praderas naturales que se encuentran en el mismo predio donde se ubica la bodega de vinos.
Caso 3:
Una importante agroindustria de la VII Región dispondrá sus riles en 5,5 hectáreas de cerezos, no sobrepasando los 600 kg. DBO5 x día, mediante micro aspersores según características agrológicas e hidrológicas del terreno. Con eso se busca no generar cambios fuera del área de aplicación del recurso hídrico, ya sea por erosión, escurrimiento superficial o percolación profunda, situaciones que pueden afectar napas o cursos de agua superficiales. Previamente a la disposición del efluente se realizará un pretratamiento de éste para ajustarlo a las condiciones aptas que se requieren para cumplir esa labor.
FUENTE : Revista InduAmbiente , Edición N° 87 - Julio - Agosto 2007
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